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miércoles, 13 de noviembre de 2019

Biografía inventada


Hola, me llamo Cares, soy de Lindos (pueblo de Rodas) y tengo 11 años. Si me encontraseis por cualquier camino, veríais frente a vosotros a un chico de estatura media, marrón pelo rizado y grandes ojos despiertos. También os puedo contar que soy bastante tímido y me cuesta hacer amigos. Es por ello, que cuando pensé en una profesión, no me costó decantarme por la escultura. Mi maestro, Lisipo, me enseña a tallar piedra. Empecé un poco como excusa para salir de casa y porque, a mi edad, ya me tenía que labrar un porvenir. Al principio, no creáis que me gustaba demasiado. Ahora, me parece fascinante ir desechando, poco a poco, la piedra, hasta darle la forma adecuada.

No sé qué más deciros de mí. Quizá… sí, veréis, aunque adoro a muchos dioses, Helios me fascina más que ningún otro. No sé, puede que sea porque va en un carro atravesando el cielo hasta el océano o porque es el que todo lo ve… no sabría explicarlo, pero siempre lo he admirado mucho. Además, ¡¡es el protector de mi ciudad, Rodas!!
Ha ido pasando el tiempo, e inevitablemente la política me interesa cada vez más, eso sí, siempre en la sombra, porque nunca sabes quién puede estar escuchando y quiero llegar a viejo (en mi época, las conspiraciones y muertes “fortuitas” están a la orden del día). El caso es que por una serie de azares de la vida, acabé en una fiesta celebrada por Ptolomeo I. Me hice amigo de uno de sus generales. Nos caímos bien. Mantuvimos el contacto. Tanto es así, que quedamos en que en un futuro no muy lejano, quizá necesitase de mis servicios.
Corría el año 304 a.C. cuando la flota de Ptolomeo hizo huir a las tropas de Demetrio Poliorcetes, y, tal como prometieron, se pusieron en contacto conmigo para que hiciera una colosal estatua, dedicada a Helios, que recordase a todos tal triunfo. Acepté, ¡¡cómo no hacerlo!! De mano, presupuestamos todo lo necesario para que la obra midiese 15 metros. Y así me puse, manos a la obra, dispuesto a que quedase lo mejor posible. Pero… la codicia de los hombres… quisieron doblar su tamaño y no supe hacer las cuentas, les pedí el doble de lo en principio acordado. ¡¡Qué tonto fui!! Nunca se me dieron bien las matemáticas, pese a todo mi empeño, y aun escatimando todo lo posible, me arruiné y no soporté la presión. Una aciaga tarde, no fueron solo las deudas lo que me ahogaron. Decidí acabar con todo de la manera más vil, cobarde y rápida. No me juzguéis, por favor, la mente del hombre es débil, y yo, también; sobremanera…
La faraónica escultura, fue finalmente terminada por Laques, un paisano mío, también vecino de Lidos, como yo, en el 292 a.C.
Pero como todos sabemos, nada dura eternamente y, en el año 226 a.C., un terremoto derrumbó la obra.
Lo que me hizo pensar, desde allí donde lo observaba todo, si de veras mereció la pena mi ruina, mi muerte y tantos pesares como trajo consigo la dichosa estatua de bronce con base de mármol blanco…

#Reto7Maravillas
#RetoLesTodes


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