¡¡Qué bonito es decir te quiero sinceramente, con la mano en el
corazón!! Sentir que quieres ceder parte de tu alma en esas palabras. Que parte
de ti quieres regalarla a quien se las pronuncias.
Últimamente me siento ¡¡tan afortunada!! En cuanto a estados de
ánimo soy errática. Como en anteriores ocasiones os comenté, mis hormonas me juegan
malas pasadas, que, unido a mis idas de olla no ayuda mucho a mi estabilidad
emocional, pero a lo que iba. En esa montaña rusa de emociones, estoy
encontrando en cada esquina, seres de luz que iluminan mi camino. Que hacen fácil
decir lo que sientes por ellos. Que no solamente no cuesta trabajo, sino que lo
difícil es no pronunciar en voz alta tales palabras para ellos (y quien dice en
altavoz, dice tecleando). ¡¡Os quiero, sí, os quiero!! Por vuestra magia
desinteresada, por escucharme por más plasta e insistente que pueda ser. Por regalarme
una caricia en forma de letras, por darme un abrazo rehabilitador (y
reiniciador). Por sentir verdad en vuestros ojos. En vuestras palabras. En vuestros
consejos. Por regalarme vivencias a cambio de nada.
Por mi parte, solo tengo mis manos vacías para mostraros. Pero tened
presente que siempre estarán dispuestas para vosotros. Para sujetaros si perdéis
el equilibrio. Para tomar las vuestras en un fuerte apretón. Para llenarlas de
cosas bonitas que regalaros. Para asiros fuerte cuando lo estiméis oportuno.
Y en mis ojos, mi boca y mi alma, siempre podréis leer un te
quiero, un gran y sonoro ¡¡OS QUIERO!!