Cada vez me gustan y enamoran más las caras bonitas. No las
guapas normativamente hablando, no. Esas que miras e inspiran tranquilidad,
cercanía, buen rollo.
Para variar, no estoy pasando un buen momento y al ir a ver el
avatar de una nueva seguidora en Twitter me ha llenado de ternura.
He roto a llorar y he sentido la necesidad de escribir esto.
Porque estoy un poco cansada del postureo. Porque hoy vi mi cara
en el espejo y aparté la mirada. Porque esta chica irradia naturalidad, pureza
y una paz mental que para mí quisiera ahora mismo.
Porque querría empezar de nuevo.
Porque no quiero ser más...
Imagen de Elliana Esquivel
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