Hoy pienso si habré acertado con cada paso dado en el camino. He
luchado. ¡¡Bien sabe Dios que lo he hecho!! Aún sin saberlo, he sudado cada mérito
logrado. Siempre le he quitado importancia porque no quedaba otra. Había que
tirar para adelante sí o sí. Y hoy, que está todo estabilizado, pienso si mis
decisiones han sido las correctas.
Soy un rara avis. No le concedo importancia a lo que considero
banalidades absurdas. Quizá debiera hacerlo, ya dudo de todo… Sin embargo, sí
echo de menos cultivar otras facetas. Me gustaría haber sido más independiente,
más solitaria, más libre de condicionamientos en mis pensamientos y en mis actos.
Voy a cansarte, querido lector, lo sé. Últimamente este pensamiento es
demasiado recurrente, pero te engañaría si te contase otra cosa, intento ser honesta….
¿Sabes? Te confesaré un secreto. Me hubiera gustado ser un hombre. Nunca he querido
admitirlo, pero no, no somos iguales. Para nada. Siempre os he mirado con
cierta envidia, pero no hay remedio. Soy lo que soy. No voy a entrar a detallar
por cuántas cosas hubiera querido pertenecer a otro género. No, no voy a hacerlo.
Quizá otro día.
No… hoy simplemente, no quiero ser. Para nadie. Hoy necesito ser página en blanco.
Escuchar música. Ducharme bajo el agua purificadora y que los vapores sanadores
me rediman de inseguridades. Que los perfumes me impregnen del deseo de tantas cosas que se han quedado aparcadas en el camino y
que nunca sabré si alguna vez serán… que limpien mi mente de flaquezas,
de titubeos, de vulnerabilidades,…
Hoy soy nada. Hoy únicamente soy yo...
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