miércoles, 18 de diciembre de 2019

Fundido a negro

(Si quieres escuchar la historia mientras la lees, pulsa sobre el vídeo que aparece a continuación)


Aquel palpitante latido no se le iba de la cabeza. Lo sentía en las sienes como un martillazo perpetuo. Sintió miedo. Tenía demasiado presente el “Corazón delator” de Poe. Le asustaba en demasía la idea de que aquel sonido le atormentase por el resto de sus días.
PUM
PUM
PUM
PUM
En contra de lo que sucediera en aquel gótico cuento, en la realidad de David las pulsaciones provenían de su interior. El hilo de cordura que le quedaba se le escapaba como arena entre los dedos.
Se arrodilló con las manos a ambos lados de la cabeza. Apretaba. Solo quería que aquella especie de jaqueca demoníaca desapareciese.
Lloró de impotencia. Se echó en la cama y cerró los ojos. Inclusó rezó. Creyó que ya no recordaría cómo hacerlo pero su angustiosa necesidad hizo que encontrara las palabras oportunas. Hubiera vendido su alma al diablo si de esa manera cesaran los dolores que atenazaban su juicio.
Nada.
PUM
PUM
PUM
PUM
El incesante dolor iba y venía. El único cambio que notaba era en la dirección. Como si se tratase de algo vivo, que jugaba con él.
No soportándolo más, esperó a que las luces del alba hiciesen su aparición por el horizonte para dirigirse al Centro de Salud más próximo. De allí, lo derivaron a las urgencias del hospital más cercano. Y en el hospital, acabó en la planta de psiquiatría.
La medicina tiende a racionarizarlo todo, y los especialistas concluyeron que tenía el “Síndrome de Ulises”. Llevaba demasiado tiempo fuera de casa, de su país natal, solo. Estaba claro que le aquejaba una profunda depresión, con la consiguiente somatización de su pena y dolores de cabeza constantes.
Habían pasado ya varios días y su angustia y malestar no mejoraban.
Una mañana, sin que nadie supiese el por qué ni cómo llegó a tal estado, David apareció desmayado en el suelo, en una especia de coma inducido (pues la sintomatología y pruebas realizadas así lo determinaban). El letargo de este moderno “bello durmiente” se alargó durante varios meses. Igual que vino, se fue. Un día despertó lozano, con ganas de comer y de pasear. Apenas recordaba más que el sufrimiento agonizante que consiguió inmovilizarlo por completo. Pasaba el tiempo y, poco a poco, iba recuperando las fuerzas para poder volver a casa.
No fue consciente de aquella sombra que, agazapada en una esquina, latía de una manera extraña.

PUM
                                                                       PUM
                        PUM
                                                                                               PUM
Fundido a negro…

Fotografía de Ian Joseph Panelo

#RetoKi

Relato inspirado en el siguiente vídeo musical:

2 comentarios:

  1. Un thriller!. Me encantó la manera en la que el video, la voz en off acompaña cada letra del cuento. Da una sensación de suspenso. Un excelente cuento

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    1. ¡¡Gracias, Sebastián!! Me alegra que te gustara, sobre todo porque era la primera vez que hacía un relato de este tipo...
      ¡¡Un saludo y muy agradecida por tu comentario!! (^_^)

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